jueves, 5 de enero de 2017

El futuro de la energía es sustentable

La supervivencia de la especie en el largo plazo necesita que logremos una generación energética sustentable. De cara al futuro se ha estado desarrollando una abanico de alternativas. Éstas son algunas.


El futuro es solar… y está cerca” dolía decir desde hace poco más de dos años. Era algo entre un mantra y una convicción sobre la dirección que tomaría la industria de la energía. Sin embargo, un amigo me hizo la acotación que da origen a estas líneas: “El futuro es sustentable, pues la energía fotovoltáica es sólo una de varias alternativas que están en camino… todas sustentables”. Esta es una pequeña exploración de estas alternativas que buscan mantener al mundo en movimiento sin dañar el ambiente. 

Podemos empezar recordando las palabras de Elon Musk, empresario detrás de Tesla Motors y Solar City, que acotaba el hecho de que el mundo siempre ha funcionado con energía solar. Ciertamente, es el sol el que activa el ciclo del agua que alimenta los ríos que se usan para generar energía hidroeléctrica; es el sol el responsable de los vientos y muchos procesos en el planeta del cual podemos tomar energía. Por tanto, buena parte de la energía sustentable es, directa o indirectamente, solar. 

La alternativa del ciudadano común

Como comenzamos con el Sol como fuente de energía, la tecnología fotovoltaica ha tenido avances significativos en los últimos años. Lo que hace dos décadas era etiquetado como costoso y poco eficiente, hoy es la alternativa sustentable que está más al alcance del ciudadano común. Los costes de instalación se han reducido, el mantenimiento es mínimo y la vida útil de los paneles de hoy se mide en décadas.


Además, está surgiendo un ecosistema de empresas que, junto a Solar City, ofrecen el alquiler de los paneles costeando ellos la instalación. Ya en ciertos estados de Estados Unidos la vista de techos llenos de paneles solares se está haciendo cada vez más común, y en países como Suiza ya es cosa del día a día. 

Sin embargo, aún existe cierta dependencia con las redes eléctricas convencionales, sobre todo de noche y en situaciones donde la luz solar es tenue. Cuando el sistema de paneles no cubre el consumo de la casa, ésta compensa usando electricidad de la red… claro, cuando se genera más energía de la que se consume, ésta pasa a la red, haciendo que el medidor retroceda y compense por el consumo convencional. 

Ante esto, Tesla y Panasonic se aliaron para hacer un sistema de baterías para el hogar, edificios más grandes y hasta las mismas instalaciones tradicionales de generación de energía. Las baterías son fabricadas en una enorme instalación de Tesla en Nevada, Estados Unidos, conocida como la Gigafactory. Recientemente comenzó sus operaciones, pero, cuando esté al pleno de su capacidad, podrá fabricar una cantidad de baterías equivalente al combinado actual de todos sus competidores al rededor del mundo. 



La idea de estas empresas es, precisamente, que la casa o edificio use energía solar exclusivamente y pueda desconectarse de la red, si así lo desea. Sin embargo, su aplicación práctica ha ido más allá para, incluso, ser utilizadas en plantas termoeléctricas tradicionales a fin de acumular el excedente de generación (cuando se genera más electricidad de la demandada) y usarlo cuando hay picos de demanda y así no exigir más al generador (haciendo el proceso mucho más eficiente). 

Elon Musk afirma que, con 100 fábricas como la Gigafactory al rededor del mundo, el paso a fuentes sustentables de energía sería definitivo. 

Viento y agua

Otra vista, cada vez más común, es la de campos llenos de enormes molinos en lo que llaman “granjas de viento”. Quizá es la forma más antigua de aprovechar la fuerza de la naturaleza sólo que esta vez es a gran escala. 

La mecánica no ha cambiado: El viento mueve las aspas y ésta mueven un generador que transforma la energía cinética en energía eléctrica. La tecnología ha hecho de esto un proceso cada vez más eficiente reduciendo significativamente cualquier elemento que frene el movimiento: desde la carga aerodinámica del molino hasta el roce producido por el movimiento de las aspas.


El problema es encontrar una zona con suficiente viento como para explotarlo masivamente y el espacio para instalar las granjas de viento. Las hemos visto hasta en el mar, donde el viento de la costa logra producir energía suficiente para un poblado.  Como siempre, la creatividad humana encuentra soluciones a casi todos los problemas.

De hecho, Dinamarca produce más del 100% de su energía eléctrica de esta forma (sí, ya hasta exportan el excedente a los países vecinos). 

Otra fuente de energía sustentable es quizá la más vieja forma de generación de electricidad: La hidroeléctrica. Muchas cosas han cambiado desde la presa Hoover en Nevada, el Guri y el complejo Macagua en Guayana. 


Los cambios se orientan más a la reducción del impacto ambiental de la instalación de estos generadores. Hoy día hay generadores de electricidad en el lecho de ríos como el Hudson y el Támesis cuyo impacto es mínimo. Sin embargo, requieren de cierta profundidad en el lecho y una potencia que justifique la instalación. 

El hecho es que no hay UNA forma infalible de energía sustentable: La idea es ir combinando las alternativas hasta formar un ecosistema que deje al combustible fósil y la energía nuclear en los libros de historia. Es un progreso lento que se está logrando poco a poco. Antes que nos demos cuenta viviremos en una casa con paneles solares en el techo o en una ciudad alimentada por granjas de viento o generadores en el lecho del río local. Es cuestión de tiempo.

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