miércoles, 20 de julio de 2016

Streaming: El indiscutible futuro de la TV

Hace un par de meses un amigo, que vive en Nuava York, me comentó que iba a prescindir de la televisión por cable. Antes de que le preguntase me explicó que todo lo que ve lo tiene por streaming y paga menos. Su relato no es raro en muchas partes del mundo, es el futuro de la televisión.




Los avances en la velocidad y el ancho de banda de internet han permitido que, finalmente, se pudiesen transmitir videos de alta resolución en tiempo real a cualquiera de nuestros dispositivos: desde el teléfono celular, pasando por las tablets y computadoras hasta el televisor de nuestras casas. Antes, uno debía hacer la descarga completa del contenido (cosa que podía tardar horas) antes de verlo, ahora lo reproducimos a medida que la transmisión va llegando… esto es lo que se conoce como streaming

La tendencia de ver televisión por internet de esta forma comenzó gracias a una empresa que ha sido revolucionaria desde sus inicios: Netflix. Ésta comenzó ofreciendo alquiler de películas por catálogo con entrega a domicilio y devolución por correo sin recargos por retraso: Un modelo de negocio que, junto a la piratería y las descargas por internet, causaron la quiebra de un gigante como lo fue Blockbuster Video. Cuando la tecnología asomó la posibilidad, Netflix cambió su modelo a uno basado enteramente en internet. 

Bajo una suscripción mensual uno tenía la posibilidad de ver películas y series de televisión transmitidos directamente por internet. El catálogo comenzó, poco a poco, a crecer y, en cuestión de meses, series populares estaban disponibles y, más tarde, la empresa comenzó a producir su propio contenido: Series como House of Cards y Orange is the New Black reconocidas por el público y la crítica mundial.



Lo más importante de esta irrupción fue el cambio radical que se ha estado dando en la televisión. Las televisoras tradicionalmente eran empresas cuyo negocio era la venta de espacios publicitarios: Las noticias, el entretenimiento, en fin, el contenido, son sólo la excusa para atrapar al televidente y mostrarles el producto, las piezas publicitarias de sus clientes. Ahora el producto es el contenido en sí: Las series, las películas, los documentales, etc.

Este cambio no es nuevo, ya esto había causado la huelga de guionistas hace poco más de siete años, precisamente por las regalías sobre la venta de DVD’s de las series. Sólo que la televisión por streaming lo hizo evidente. 

Plataforma, resistencia y neutralidad


Muchas familias en Estados Unidos han optado por “cortar el cable”. La televisión por suscripción resulta ser más costosa, estar llena de canales y programación que el usuario nunca ve y estos canales “de cable” también están cargados de publicidad: Cosa que resulta menos tolerable cuando ya se está pagando por un servicio. Pero, ¿qué pasa cuando el proveedor de internet es la misma compañía de cable que ofrece televisión?



Esta fue la controversia iniciada por la unilateral decisión de Comcast, una de las empresas de cable y proveedoras de internet más grandes de Estados Unidos, de reducir el ancho de banda de todo contenido emitido por Netflix, reduciendo la velocidad y calidad de transmisión al contenido vía streaming. Comcast exigió una “compensación” monetaria a cambio de la restauración del ancho de banda. 

Esto avivó el debate sobre la Neutralidad de la Red en la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por sus siglas en inglés). Recientemente, el organismo regulador de las telecomunicaciones en el país norteamericano decidió que los servicios de internet debían ser regulados como cualquier otro servicio público (la electricidad, el agua potable, etc.) y, por tanto, se prohíbe la discriminación del ancho de banda por contenido. Claro, las cableras están haciendo lobby en Washington para evitar estos cambios… amanecerá y veremos. 

Otra cosa que hizo la FCC fue cambiar las condiciones bajo las cuales un servicio de internet puede ser considerado de “banda ancha”: Ningún servicio que ofrezca velocidades menores a los 23 megas por segundo puede ser considerado como tal. Esto previendo el crecimiento de la televisión por streaming y la integración de nuevos proveedores. 


El futuro


El abanico de proveedores está en franco crecimiento: desde cableras como DirecTV, pasando por canales como HBO y la BBC hasta nuevos competidores como Amazon, Hulu y Vivo Play se han estado sumando a la tendencia. Lo mejor es que el beneficiado es el usuario que cada vez más puede recibir contenido de mejor calidad cuando y como le sea más cómodo.

En el futuro de la televisión hay dos opciones claras: O las empresas cambian y se adaptan o menguan y desaparecen. Esperemos las cableras no estén repitiendo los errores de la industria discográfica a principios de la pasada década.

Publicado originalmente en SBA Report #69




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